« Con más de 10 millones de visitantes en 25 años, Océanopolis es el primer establecimiento turístico de la región Bretaña. Océanopolis, una entidad de Brest Métropole, fue inaugurado en Brest en 1990. Este parque dedicado al descubrimiento de los océanos es una verdadera locomotora turística para la punta bretona. Acoge a unos 430 000 visitantes por año. Su vocación es servir de escaparate para la investigación oceanográfica de cara al público y generar un flujo turístico en la región. Tres pabellones temáticos (polar, tropical y templado) y un interesante programa cultural hacen que Océanopolis posibilite el descubrimiento de las maravillas de los océanos, sin dejar de lado el rigor científico.

Océanopolis, titular de la marca Qualité Tourisme™ (renovada en 2014), aspira a encarnar un posicionamiento de gama alta y desde el comienzo presta especial atención al conocimiento de los distintos públicos que recibe y a la calidad de las prestaciones propuestas, ya sea en lo que se refiere a la explotación del parque como a su contenido.

El compromiso con este procedimiento de calidad es el resultado de dicho posicionamiento. Y los clientes deben sentir en cada etapa de su recorrido por el parque el efecto de la recompensa que éste ha obtenido: antes, durante y por qué no también después de la visita. Ese «recorrido del cliente», desde el primer contacto con la cartelería o en la oficina de turismo hasta la importancia que le otorgamos a nuestra reputación electrónica, es el elemento central de nuestra estrategia de márketing.

Nuestro observatorio del público es tanto una fotografía en tiempo real de la satisfacción de nuestros visitantes como una herramienta estratégica de primera importancia cuyas aplicaciones en nuestro márketing son inmediatas.

La marca Qualité Tourisme™ es nacional. Esto significa que supera todos los límites territoriales o de pertenencia a una determinada categoría de proveedor de servicios. Debe representar y recompensar los muchos esfuerzos que hacen los profesionales que han elegido apostar a la excelencia turística. Esos esfuerzos a menudo implican muchos gastos, aunque siempre son beneficiosos. Debe aportarle al turismo lo que otras marcas (o en realidad certificaciones) han sabido instaurar de manera duradera en el sector agroalimentario: la garantía y la promesa, cumplida, de una oferta de excelencia. »